domingo, 6 de septiembre de 2009

Algunas Notas sobre configuración del Paisaje Urbano

Saconia Dehesa de la Villa, Ciudad de los Poetas. Madrid
(Publicado en JARDIN y PAISAJE Nº 5 / Febrero 1973)

1. ACERCA DE LA INTERRELACION ESPACIO-PAISAJE, Y DEL CONCEPTO DE PAISAJE URBANO.
El espacio es el soporte natural de la configuración del paisaje, Espacio y paisaje, tanto interior cómo exterior, están íntimamente relacionados y son dependientes uno del otro. Sin espacio el paisaje es imposible de concebir, y éste define las condiciones de aquél y sus dimensiones. La unidad espacio-paisaje es, por lo tanto, indivisible.
El hombre vive biológica y socialmente rodeado de elementos, personas y hechos que constituyen un marco y un soporte; un «paisaje», activo o pasivo, de su vida. Durante el desarrollo de ella se relaciona profunda y dialécticamente con ese medio que lo envuelve y lo penetra, y que llega incluso a conformarlo, a caracterizarlo. Las dimensiones de ese «espacío-paisaje» en que se mueve el hombre varían con su propia dinámica, con sus posibilidades de desplazamiento y acción. Si la Tierra, su atmósfera y aun los astros y el espacio interplanetario constituyen el gran paisaje cósmico del hombre, su casa, sus muebles y habitaciones y su equipo doméstico forman su paisaje más accesible y cotidiano, y el que más fácilmente puede controlar y transformar.
Entre el menos conocido y primitivo y el más urbano de los paisajes actúa como nexo modificador el hombre. Sobre el primario de la Naturaleza, el hombre ha ido construyendo su propio paisaje en el camino constante por sobrevivir favorablemente. Este paisaje yuxtapuesto se convierte, según sus grados de desarrollo, en estadios del paisaje urbano, es decir, urbanizado. Encontramos, así, desde el paisaje de una zona rústica forestal al de una ciudad como Madrid, pasando por el paisaje de una explotación agrícola racionalizada, etc. Al construir este paisaje, el paisaje original ha sido muchas veces destruido, dislocando las leyes naturales sobre las que estaba conformado, a través de desmontes, terraplenes, talas forestales, desvío de cauces, etc. El paisaje transformado está, por lo tanto, representado por el que definen las grandes autopistas, como por un poste de energía sobre terreno abrupto, o por el más humilde balcón de cualquier casa.
Cuando el grado de complejidad técnica y urbana crece, más son los elementos del paisaje original reemplazados o destruidos por el paisaje construido y yuxtapuesto. Así, en el más abigarrado de los paisajes urbanos de una ciudad como Madrid, encontramos multitud de elementos que lo conforman: carteles, quioscos, indicaciones de la circulación, toldos, postes del alumbrado, edificios, parques, vehículos, árboles desperdigados, etc. En algunas ciudades, al perderse el control sobre la cantidad y calidad de los elementos que conforman su paisaje, se ha llegado a superponer abrumadoramente algunos de estos elementos sobre los otros, llegando a determinar la imagen misma de la ciudad. Este es el caso de la ciudad de Las Vegas, con sus carteles luminosos, por ejemplo.
La necesaria consideración del paisaje urbano, su relación con el paisaje original y el control y equilibrio de su complejidad son, por lo tanto, condicionantes de especial importancia, en cuanto afectan a las coordenadas emotivas y vivenciales del hombre y a su propio organismo, y deberían ser puntos de exigencia primordial en el momento de acometer cualquier obra de urbanización.
2. LA CIUDAD DE LOS POETAS
2.1. Emplazamiento y paisaje:
La Ciudad de los Poetas se encuentra al noroeste de Madrid, formando parte del límite norte de la Dehesa de la Villa. Los terrenos, en su estado original, no compartían las características paisajistas de la Dehesa, estando constituidos, en cambio, por pequeñas huertas aisladas y zonas de pastoreo, y rodeados en las proximidades por edificaciones bajas, agrupadas o aisladas, constituyendo el conjunto lo que podría agrupar bajo el rótulo de «paisaje de ciudad jardín de tipo semi rústico», características que, en parte, se mantienen en la actualidad en su alrededores. Sus horizontes paisajísticos están constituidos por las edificaciones del barrio del Pilar, por la sierra de Guadarrama y por los alrededores de la ciudad Puerta de Hierro.
El terreno se extiende principalmente por una ladera norte que presentaba unas diferencias máximas de nivel de 40 metros, definiendo dos pequeñas vaguadas.
2.2. Solución urbanística adoptada:
Sobre este terreno tanto la entidad promotora como los arquitectos entendieron que entre las premisas esenciales a tener en cuenta había que colocar en lugar preferente la de «crear un conglomerado residencial que dé lugar a la satisfacción de las mejores condiciones urbanísticas, permitiendo el desarrollo de una verdadera comunidad». Partiendo de esta premisa básica, se definió la red viaria sobre un trazado hexagonal adaptado a las curvas de nivel, lo que permitía conservar las características topográficas del terreno, evitando hacer desmontes y terraplenes. Al mismo tiempo, esta red viaria hexagonal «permitiría una visión más dinámica del conjunto urbano, aunque con zonas de visión estática a lo largo de los tramos rectos, revalorizando el sentido tradicional de la calle y dándole fisonomía propia». Sin embargo, habría que acotar aquí que esto llega a producir en el conductor cierta confusión, al sucederse cada 60/80 metros los cambios de dirección, dentro de una trama de igual valoración viaria.
Esta trama viaria hexagonal define un conjunto de unidades vecinales estructuradas siguiendo el perímetro de las calles y agrupadas alrededor de una zona escolar que debía ser el centro de la vida comunitaria de cada unidad, y que habría de producirse a través del contacto de los hijos, ya que en ellos el intercambio social y la comunicación son más libres y desprejuiciados. Los distintos centros comunitarios, amparados en grandes espacios libres arbolados, se irían conectando entre sí, enlazando interiormente y a nivel peatonal las diversas unidades vecinales, hasta llegar al gran Centro Cívico Comercíal y Religioso. En resumen, este sistema de espacios verdes y grupos escolares se extendería en forma de mancha ramificada, constituyendo el corazón cívico del conglomerado urbano y el soporte físico de la vida comunitaria.
Desgraciadamente este planteamiento, definido como esencial para la vida social de la comunidad, no ha podido, por el momento, ser llevado a la práctica, ya que ni los grupos escolares estatales funcionan como centros comunitarios ni los espacios libres que los rodean han sido suficientemente arbolados, llegándose incluso a haber colocado una valla alrededor del grupo escolar, que lo separa de la comunidad. Se ha restado así el elemento de mayor importancia en la definición del paisaje y la vida comunitaria, frustrando, por el momento, las demasiado optimistas previsiones de los proyectistas. Por el contrario, los espacios libres de menor dimensión, definidos por la edificación a manera de patios de manzana, calles y plazas, han corrido mejor suerte. Es en ellos donde alcanza su mejor definición en cuanto a paisaje urbano.
2.3. Características del sistema de espacios libres
La semejanza que muchas personas encuentran entre la configuración de los espacios de La Ciudad de los Poetas y los de una ciudad medieval se debe, sin duda, a que esto realmente figuraba entre los preceptos de los proyectistas a la, hora de plantear las soluciones urbanísticas. Esas semejanzas estriban, en primar lugar, en la radical separación peatón-vehículo, que, al conferir mayor importancia a los espacios destinados al primero, consigue obtener situaciones espaciales que el vehículo había ido erradicando de las circunstancias urbanas a causa de su distinta movilidad. Los espacios urbanos han vuelto a ser de exclusivo uso del peatón y, por lo tanto, conformados a su escala de movilidad y relación.
La particular concepción geométrico del trazado viario es otra de las características de semejanza a que hacíamos referencia, ya que su desarrollo es más orgánico que los trazados ortogonales; y, por último, habría que hacer mención a la adaptación de la edificación al trazado viario, y de forma más acusada a la similitud del proceso en el movimiento de tierras. En las ciudades medievales la carencia de recursos técnicos para afrontar el movimiento de tierras, unida a las características de las ubicaciones topográficas, basadas en las necesidades de agrupamiento defensivo, determinaban que el terreno sufriera apenas modificaciones de sus desniveles, lo que provoca esa enorme riqueza espacial de sus calles, configuradas a medida que las necesidades de vivienda y servicios lo hacían necesario, convirtiéndolas en una sorpresa continua para el peatón. En La Ciudad de los Poetas, los movimientos de tierra han sido mínimos, la topografía ha sido respetada en su totalidad, adaptándose tanto las vías de tráfico como los edificios a ella.
La definición de una trama de ordenación sujeta a la red viaria hexagonal y una tipología de bloques de viviendas con tres variantes básicas en planta, combinadas entre sí, enfrentándolos y confiriéndoles diversas alturas, van conformando automáticamente un espacio urbano en base a estos elementos. El control en su desarrollo, dentro de lo que permite mantener densidades establecidas, va determinando un espacio que se prevé en sus características principales, pero que es difícil definir y acotar exhaustivamente, recurriendo para ello a otro tipo de elementos del paisaje urbano, como son las pequeñas zonas verdes o jardines, las pérgolas, pequeños o grandes desniveles, diversos tipos de solado, farolas, acabados de la superficie, colores, etc.
La agrupación de los diferentes tipos de bloques, unidos o enfrentados, va definiendo una línea quebrada, continua o rota que constituye uno de los elementos primordiales en la configuración del paisaje urbano. Esta línea quebrada está materializada por los paramentos exteriores de las viviendas, realizados en ladrillo visto y con las ventanas enrasadas al exterior, lo que confiere levedad a la caja mural, aumentando el valor del plano vertical en la configuración del espacio, y convirtiéndolo en receptor y modificador de las incidencias de la luz y en verdadero elemento vivo, capaz de transformar los valores espaciales.
En algunos sitios las alturas necesarias para alcanzar la densidad prevista influyeron desfavorablemente en la configuración definitiva del espacio, ya que en las zonas donde la distancia entre bloques es mínima los espacios se cierran demasiado, restando asoleamiento y creando verdaderos techos espaciales demasiados próximos y pesados. Por el contrario, las mismas alturas resultan excelentes definidoras de los grandes espacios libres donde se inscriben los grupos escolares.
2.4. Análisis a través de los recorridos del peatón
La sucesión de espacios así articuladas tienen la particularidad de dirigir, quebrar o profundizar las visuales del peatón, según la dirección y temporalidad de sus recorridos, constante común también a los desplazamientos en las ciudades medievales. El peatón es conducente o conducido, a través de estos espacios sucesivos, a zonas caracterizadas de expansión, asoleamiento, reunión o recogimiento, o hacia la gran área libre que rodea la zona escolar, de la que hablábamos anteriormente. Al llegar a ella el peatón se puede desplazar siempre, a través de áreas libres, a otras unidades Vecinales, lo que convierte a estos recorridos en la tan exp,-.nsi6n y reunión del conjunto urbano, a manera de parque público. La falta de concreción y equipamiento de estos espacios actualmente hace que su utilización no sea todo lo agradable que sería de desear.
Dentro de la retícula básica de 4,20 x 4,20 metros que modula todo el conjunto, tanto en los espacios interiores como exteriores, se desarrollan los recorridos y espacios peatonales a nivel de primera planta, entrecruzándose con las ordenadas de la conformación topográfico, mantenidas en su casi totalidad, determinando una malla espacial por la que el peatón se mueve, o selecciona territorios para su actividad al aire libre. En esta retícula espacial el principal valor obtenido es la sucesión de circunstancias espaciales cambiantes, de entre las cuales el caminante puede seleccionar una gran variedad de recorridos para atravesar los mismos espacios, lo que constituye un descubrimiento continuo y un elemento diversificador de sus paseos, Estas sucesiones espaciales diversas están enlazadas entre sí y controladas por la misma modulación. Aparecen como producto de los desniveles topográficos y la resolución de accesos y aparcamientos en sótanos, situaciones en las que el peatón domina o es dominado por el espacio inmediato o periférico.
En esta sucesión espacial aparecen conexiones de una segunda variable, que es la definida por medio de pasajes transversales a los edificios, creando así un elemento de separación-uni6n entre espacios abiertos, enmarcando áreas de sombra cerrada en verano que determinan situaciones de corte y de reintegro en los espacios abiertos. Podernos así ir definiendo una tipología básica espacial en la que podemos agrupar: patios de edificación semi cerrados, con abundante o poca jardinería; calles patio con vegetación de apoyo sobre muros o jardineras perimetrales-, patios abiertos de conexión espacial, a distintos niveles y bien ajardinados; jardinería de separación y protección en planta baja frente a calles; amplias plazas secas sobre aparcamientos con jardineras y pérgolas, y abiertas hacia las grandes áreas libres; pasos de cruce bajo edificación sin vegetación; amplias áreas libres, ya referidas, etc. La paulatina incorporación a estos espacios del comercio, controlada en su extensión para evitar la masificaci6n comercial en planta baja, otorga a los espacios reseñados el elemento de color, intercambio y relación satisfactorio para su mayor riqueza de vida y usos. Debido a esta forma desperdigada de asentar el comercio, los carteles y propagandas se constituyen en elementos animadores, pero no abrumadores, por superposición competitiva.
2.5. Tratamiento de los espacios libres. Jardinería.
Todos los espacios libres descritos están, o ajardinados en las zonas que no han de ser pisadas, o solados, de manera de no dejar nunca la tierra vista, productora de polvos y barrizales. Para el solado, dispuesto según el señalado módulo de 4,2OX4,20 metros, se han utilizado losas de cemento sometido a un elemental estriado que se ejecuta con la masa recién vertida, pasando una regla. Con ello se consigue un solado económico, no resbaladizo y de agradable aspecto, En muchas zonas este tipo de solado se combina con el de losetas de piñoncillo, con el fin de matizar, corregir o acentuar características. En otras, donde se prevé, por sus dimensiones, mayor amplitud de usos y movilidad, se ha utilizado un sencillo riego asfáltico, combinado con las losas de piñoncillo, Se ha utilizado también en algunas zonas, como remate de superficies o definición de áreas, el encachado de grava gruesa, tan común en las antiguas ciudades españolas. En los sitios donde la plantación directa de vegetación ha sido imposible se han colocado jardineras de hormigón prefabricado o de uralita.
Tanto la vegetación que ha sido plantada sobre el terreno como la que se ha incorporado a las pequeñas jardineras prefabricadas, ha sido seleccionada dentro de una relativamente corta variedad de especies y tonalidades, de acuerdo a lo que la climatología rnadrileña permite, y tratando, sobre todo¡ de que sean de gran resistencia a estas condiciones y a la posible falta de riego y cuidado, circunstancias bastante frecuentes en este tipo de conjuntos urbanos.
El terreno aparece en algunas zonas cubierto por una capa de arena que permite a los niños utilizarlo libremente sin temor de estropear ninguna capa de vegetación. En este último caso se ha colocado como elemento más delicado el césped, posiblemente porque su imagen sea tan apreciada, por poco usual, en unas latitudes como las de Madrid; aunque su difícil conservación ha obligado a extremar las condicionantes del diseño y ubicación de estas pequeñas «praderas». En otras zonas se ha colocado como tapizante la hiedra, que, además, aparece volcándose sobre los muros de contención de tierras o trepando por los paramentos de las viviendas, convirtiéndose en un elemento desintegrador de la geometría constructiva.
En cuanto a los jardines que se establecen como protección de la edificación frente a las vías de tránsito rodado, y como complemento de las mismas, siguiendo el desarrollo de las aceras, se han plantado, sobre todo coníferas, como el pino piñonero de copa alta, el cedro del Atlas, y los cipreses semper vivens y arizónica, o la tuya, como árboles de arranque de copa baja.
En las pequeñas o grandes zonas ajardinadas interiores se han utilizado, en cambio, los árboles de hoja caduca, para permitir el asoleamiento en invierno y los frescos remansos de sombra en verano. Las especies más plantadas en este sentido han sido el olmo, plátano, sauce y chopo bolleana, mezclado con arbustos de masa para fondos y rincones, como el crataegus para el sol o el pitosporum para la sombra; como arbustos aislados o en pequeños grupos se ha utilizado, en cambio, la adelfa y el lauro ceraso. En menor cantidad aparecen en estas zonas arbustos de hoja caduca, como el tamarindo o el buddleia, para fondos, y el altea, o prunus, como elementos aislados.
Muchas de las especies que se ven en algunos sitios, de desarrollo ya considerable, han sido trasplantadas del mismo terreno y se encontraban en él cuando se comenzó la construcción de la Ciudad de los Poetas. Se ha conseguido con pocos elementos dar bastante riqueza a los espacios y a su complemento, utilizando la vegetación como entonador y modificador de las circunstancias ambientales.
En general, se puede decir que las soluciones, tanto constructivas como de ambientación, están inscritas dentro de una sencillez, esquematismo y carencia de redundancias muy ligadas a las tradicionales maneras de la meseta castellana. Al decir del arquitecto Fullaondo, «todo el conjunto discurre en una sorda apoteosis de uniforme prosa narrativa».
3. CONCLUSION
El conjunto de estas notas no hacen referencia a la totalidad de elementos que constituyen las variables sobre las que se asienta un organismo urbano residencial como la Ciudad de los Poetas; hemos hablado aquí solamente de lo que conforma al paisaje urbano del conjunto; para el análisis de las demás circunstancias y condiciones que hacen al conglomerado aquí tratado en parte remito al lector a la pequeña bibliografía existente al respecto.
La Ciudad de los Poetas no es aún un ejemplo acabado de organismo urbano residencial, pero muchas de las ideas aportadas, aunque no nuevas, han tenido una digna resolución práctica; pensando, sobre todo, en las circunstancias actuales que se dan en los grupos de viviendas de igual nivel económico y financiación.

Norberto Spagnuolo di Nunzio


4. BIBLIOGRAFIA
- SARQUIS, Jorge y Márquez Eulalia: Análisis de las metologías del diseño. Publicaciones del Ministerio de la Vivienda. Núm. 29. Año 1969.
- FULLAONDO, Juan Daniel: Comentarios al conjunto Dehesa de la Villa. «Arquitectura»,' núm. 129. «Nueva Forma», núm. 53. Años 1969 y 1970, respectivamente.
- PERPIÑÁ, Antonio; DE MIGUEL, Carlos, e IGLESIAS, Luis (de la memoria del proyecto): Conjunto residencial Ciudad de los Poetas. «Arquitectura», núm. 129. Septiembre 1969.

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